Orígen: Talca (09:45h) Destino: Santiago (21:00h) Km: 337.2 Tiempo: 5:17h Consumo: 5.4 l/100Km Alojamiento: Hotel Don Santiago 50 USD
Ayer me quedé a unos 120km de Santa Cruz y unos 300km de Santiago. Eso me da margen para poder visitar una bodega en el valle del Colchagua y llegar a las 18h a Santiago para cambiar las ruedas a Paraguaçu. Con esa intención reservé visita a las 12h en Viu Manent. La visita dura hora y media y luego tienen un restaurante en la misma bodega donde poder comer y estar saliendo de ahí con tiempo suficiente.
Con la tontería me he liado (como siempre) y acabo saliendo con el tiempo justo para llegar a la visita. Yo que quería llegar antes para confirmar que puedo hacer el tour! Ademas, Murphy no está de mi lado y el camino está lleno de obras. Creo que Chile es el país con más obras en sus carrteras que me he encontrado; apostaría que cada día he encontrado como mínimo un tramo en obras.
Con el tiempo justo, guiado por el telefono porque el gps era incapaz de encontrar la dirección, llego a la bodega. Durante el camino el paisaje ha ido cambiando, tanto en la ruta 5 como al salir a rutas menores, convirtiendo los pastizales y vacadas en viñas. Ya en la bodega pregunto por mi reserva y no, no hay cupos para mi. Qual gato de Shreck, les pongo mis mejores ojitos y finalmente se apiadan de mi y me montant un grupo para mi solo.
Lo que tiene no informarse bien antes! He conseguido un tour en una bodega del valle del Colchagua a última hora, con la intención de aprender del carmenere, una uva prefiloxera que se creía extinta y que se redescubrió hace pocos años. Es la uva insignia de Chile, así como el tannat lo es de Uruguay o el malbec de Argentina. Pues la especialidad de Viu Manent no es el carmenere que es el malbec 😦
Viu Manent es una bodega familiar de poco más de cien años de antiguedad. Fundada por un matrimonio catalán que se conoció ahí en Santiago, empezó siendo sólo una embotelladora de vino de mesa, pero la segunda generación decidió comprar una finca con viñedos para una producción basada en la cantidad y ha sido la tercera generación la que ha decidido darle un toque més exclusivo, limitando la producción en busca de una mayor calidad. Como la mayoría de bodegas chilenas, su producción es mayoritariamente para la exportación ya que en Chile sigue habiendo más cultura de cerveza y pisco que no de vinos. La especialidad de la bodega es el malbec, con parras centenarias de este tipo de uva, pero tambien cultivan cavernet sauvignon, carmenere, syrah, pinot noir y alguna uva más en las tres fincas que tienen. Otras uvas son compradas a terceros para completar su cartera de vinos.
Durante la visita se recorren en calesa las cepas de la finca principal San Carlos, donde se cultiva mayormente el malbec y el cavernet sauvignon. También ves la bodega donde puedes probar un vino a medio hacer y finalmente pasas a la casa principal para la cata. Delante de la casa principal esta el restaurante, con una carta justita pero muy rica y bien maridada. La terraza da a la pista ecuestre y, lo mejor de todo, tiene unas tumbonas y hamacas a su alrededor para los que, como yo, nos somos capaces de decir que no a una copa más de vino para acabar la tabla de quesos que a su vez habíamos pedido para acabar la copa de vino anterior.
Después de una buena siesta y con algo de dolor de cabeza, no toca otra que volver a ponerse en marcha. Creo que no llego a cambiar las ruedas, pero a ver si almenos puedo llegar a marcar una cita para mañana. Pillo la autopista bajo un sol asfixiante acrecentado por la resaquilla y la boca seca que me ha dejado el vino y en un par de horas estoy entrando en Santiago. Es viernes por la tarde y el tráfico en Santiago es denso. La gente va con prisa y no tiene misericordia de una moto guiri perdida por las pobres indicaciones del gps. Llego a Moto Aventura Chile a las 19:30h. Ya han cerrado, pero por suerte un par de chicos se han quedado charlando en la puerta y me confirman que mañana abren a las 10h y aunque tienen una visita marcada a esa hora, me podran cambiar los pneumáticos. Ahí estaré como un clavo! Sin perder tiempo me pongo rumbo a Triumph Santiago. Llego a las 19:55h cinco minutos antes de que cierren. Pero no, el taller ya ha cerrado y no, mañana no abren. Vuelvo a poner cara de pena al vendedor que queda y me dice que mañana le puedo dejar la moto y que el lunes me ponga en contacto con el taller para que me la recepcionen. Sálvado! Ya podemos ir al hotel y descansar un poco, o mejor… vamos a ver que tal la noche chilena, que es viernes!