Origen: Penitentes (10:30h) Destino: Mendoza (19:30h) Km: 220.3 Tiempo: 5:29h Consumo: 4.8 l/100Km Alojamiento: Casa de Yamila 66 USD (2 noches)
El Cristo Redentor de los Andes fue erigido en 1904 en el paso Uspallata, en la frontera entre Argentina y Chile, a 3835 msnm según mi GPS, para conmemorar el acuerdo entre estos dos países por temas de fronteras que estuvo a punto de llevarlos a la guerra. El paso Uspallata era el paso habitual hasta que en 1980 se construyó el túnel del paso Libertadores. Desde Chile hasta la cima son unos 10Km, dos más que por el lado argentino y según me han comentado más empinados y en peor estado. Yo, al haber dormido ya en Argentina subí por este lado y volví a bajar por el mismo, ya asusta lo suficiente como para bajar por uno «peor».
Pero para llegar a la subida del Cristo por el lado argentino, hay que llegar hasta Las Cuevas, a unos 20km de Penitentes donde hice noche. Esto que debía ser un paseo matinal me costó casi una hora ya que en Puente del Inca hay un control policial pre-aduana y aunque yo no tenga que pasar la aduana de nuevo, no pretendo quedarme en Chile, un coche policial en la cola me impide saltármela por el arcen. Una vez superado Puente del Inca, la cola de argentinos hasta la aduana es brutal! Me faltan 8 km par Las Cuevas y ya estamos parados. Aquí si que decido aprovechar que voy en moto y saltármela entera. Así que, si un día quieres subir al Cristo pero se te hace tarde y quiere pasar la noche en Argentina con los tramites aduaneros hechos y subir al día siguiente, no hagas como yo y duerme en Las Cuevas! Hay más servicios y te ahorraras una buena cola.
La subida al Cristo es un pista ancha de buen ripio al principio y algo de piedra suelta más adelante. Las vistas son espectaculares, con los Andes nevados a tu alrededor y con una impresionante caída a tus píes. A mi me dan pavor las alturas, así que me lo tomo con mucha calma. Primera, segunda, tercera, me pongo de pie pero poquito e intento no mirar al vacío. No se como voy a hacer el camino de los Yungas si esta ya me esta dando tanta impresión! Por suerte no me cruzo más que con dos coches y una horita estoy en el Cristo. El aire es bastante fuerte y frío, pero las vistas son un lujo!
Bajo por el mismo camino, más lento que en la subida y es que me cuesta más ponerme de pie. En la primera curva cerrada me voy al suelo. Bueno, más bien Paraguaçu se tira sola de lo lento que iba! Una hora después, cansado y necesitando unos gayumbas limpios, estoy de nuevo en la carretera. Cristo Redentor de los Andes, check! De ahí paro en Puente del Inca, que ya podía haber aprovechado ayer para verlo y hacerle sus fotos. Puente del Inca tiene un puente natural (de ahí el nombre) formado por la erosión del río Las Cuevas sobre las morrenas del glaciar. En su día se podía cruzar, de hecho hay los restos de unos baños termales al otro lado, pero el paso del hombre hizo que el puente corriera riesgo de colapsar y ya no se puede cruzar.
Después de almorzar en Uspallata un riquísimo chivo a la parrilla se me plantean tres opciones para llegar a Mendoza: el GPS me envía por la 52, unos chilenos que hay comiendo al lado, por la «espectacular» 13 pero es «full tierra» me avisan y google por la 7 que es la vía principal por la que vengo. Cómo será la 52? Garmin dice que tardo lo mismo que Google por la principal y la principal me parece muy aburrida. Vamos a darle una oportunidad al GPS, va! La 52 empieza asfaltada, con algunos pedazos de ripio. Pues no esta tan mal! Hasta que el asfalto desaparece por completo y da paso al ripio. Sin precios a los lados, el ripio no es un problema, pongo el modo off-road y vamos a darle caña a los nuevos neumáticos que en teoría aquí es donde realmente los voy a poder exprimir. La pista se va estrechando y me siento como si fuera un piloto del Dakar, con una moto que pesa el triple que las suyas y a una velocidad 5 veces más lenta que ellos :P. De hecho, el GPS se cree que soy piloto del Dakar ya que su tiempo estimado es a esas velocidades :S
La pista atraviesa el bosque Darwin, donde hay araucarias petrificadas, y sube hasta el via crucis de Paramillos, un viaje cruces en medio de la montaña a unos 2400msnm. De ahí la pista, o el camino de las 365 curvas, sigue por la reserva natural de Villavicencio sorprendiendo a rebaños de guanacos (yo hubiera dicho llamas) que cruzan la «carretera». çEl descenso hasta las termas de Villavicencio vuelve a ser mortal! La pista se estrecha, el ripio deja paso a la roca suelta de los derrumbes y el precipicio vuelve a marear. No hay forma de ir de pie en la moto, así que primera-segunda y con la calma. Una vez llegas a las termas, la carretera vuelve a ser asfaltada, aparece vegetación a los bordes y el sol da una tregua. Quedan unos 50Km de paseo hasta Mendoza.
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