Origen: Mendoza (10:00h) Destino: Villa Unión (19:30h) Km: 578.9 Tiempo: 6:39h Consumo: 5.5 l/100Km Alojamiento: Hotel Cañon de Talampaya 733 ARS
Mendoza es la cuna de la liberación de América. Es de donde José de San Martin, el libertador de las américas, tramó su plan para combatir a los realistas, formó el ejercito de los Andes y partió rumbo a Chile y posteriormente Perú y Ecuador, donde cedió el mando a Simon Bolivar, para derrocar a los leales al régimen colonial. Pero esa Mendoza fue prácticamente destruida en su totalidad en el terremoto de 1861, donde murió el 40% de la población. Aprendiendo de la experiencia, un par de años después se refundó la actual Mendoza, a un kilometro al sudoeste de la antigua y pensada en la evacuación de la población en caso de nuevo sismo. Ahora, el centro, esta presidido por el parque Independencia y cuatro plazas que lo rodean. Son calles de edificios bajos donde es agradable y tranquilo pasear.
Después de una hora de recorrido «turístico» que el GPS decidió darme para salir de Mendoza, estoy de nuevo en la ruta 40 rumbo norte. Esta parte de la 40 no tiene nada que ver con el tramo que conocí en el sur, es una infinita recta aburrida con asfalto rayado que hace que Paraguaçu se muestre muy poco confiable, obligándome a ir más lento de lo que esperaba. El asfalto mejora al rato, pero el paisaje desértico se mantiene. Cruzo alguna «población» formada por cuatro casas bien separadas. Casas sin lujos, sin nada superfluo, una planta baja, un techo de uralita y dos ventanas. Que diferente ha de ser nacer aquí!
Cargo gasolina en el cruce con la ruta 150 para adentrarme en el parque provincial Ischigualasto. De camino me vuelvo a encontrar con Mick y Tanya, se lo están tomando con más calma de lo que me contaron en la aduana, así que seguro que vuelvo a rodar con ellos. El parque es conocido también como el valle de la luna, pero el acceso a los mayores atractivos esta cerrado y es necesario hacerlo con guía. El recorrido dura aproximadamente tres horas y si quiero llegar a Chilecito no me da tiempo. La visita al museo, donde hay esqueletos completos de dinosaurios, es gratuito y aprovecho para disfrutar de su aire acondicionado.
De aquí a Chilecito hay dos opciones: seguir por la 150 o tomar la 76 que atraviesa el parque nacional Talampaya. Por el parque es más corto pero más lento, seguro que también es más divertido! La 76 es una inmensa recta de unos 100km hasta Villa Unión, donde por suerte hay gasolinera ya que me quedan 130km de autonomía. El parque nacional es el mismo paisaje desértico, pero no esta vallado y los cauces de los ríos secos y los miles de caminos que puedes dibujar sorteando los arbustos no paran de guiñarme el ojo llamándome a adentrarme por ellos. Cantos de sirena que intentan alejarme de mi «objetivo» Chilecito. O igual mi objetivo no es llegar donde tenía previsto sino dejarme tentar por el camino? No hay duda, paro al margen y veo que la arena no está tan suelta como para no intentar circular por ella. Modo off-road y adiós a Chilecito! Que divertido es esto! Voy a hacerme la foto de postureo para que todo el mundo vea lo «aventurero» que soy! Zas! En arena has de mantener una velocidad más o menos elevada, eso evita que la rueda trasera (y más con tanto peso como llevo yo) se hunda y quedes atrapado. La teoría la sabía, es física básica, pero nunca lo había comprobado hasta ahora. Al ir lento para salir en la foto la rueda trasera se fue enterrando poco a poco en la arena hasta quedar clavado en ella. Iluso de mi, creí poder la moto sin quitarle todos los trastos y me dejé los riñones ahí mismo. Después de la dolorosa cura de humildad y entender que no soy tan fuerte, quito las maletas, el bidón, la bolsa trasera, tiro la moto al suelo como he visto en tantos videos, la vuelvo a levantar fuera del surco y salgo con ella al lado hasta una zona más dura.
Me ha costado casi una hora y un dolor en los riñones importante, así que cuando llegando a Villa Unión veo una piscina no hay opción a dudas. Mañana ya llegaré a Chilecito y hoy me quedo aquí a esperar a SS.MM. los Reyes Magos, bueno a Baltasar, los otros dos son mera comparsa.