Todos los caminos conducen a Roma

Origen: Tuscania (8:50h)           
Destino: Roma (16:45h)
Km: 206.8         Tiempo: 4:38     Consumo: 5.1 l/100Km
Alojamiento: Casa Eulàlia

Da lo mismo cuantas veces haya cargado la moto y los kilómetros que haya hecho, los primeros días siempre me toca reajustar el equipaje y hoy no iba a ser una excepción. Así, enfundado en los nuevos pantalones de enduro (que deberían ser más fresquitos) me tiro un par de horas recolocando cosas en las maletas para mirar de equilibrar peso. Con el primer toque a misa estoy listo para salir. La idea es dar un rodeo antes de llegar a Roma y aprovechar a ver todo aquello que en una escapada de fin de semana es más complicado de hacer. En concreto, la región de Viterbo llena de pueblos medievales.

El primer objetivo es Civita di Bagnoregio, bordeando el Lago di Bolsena. La ruta es por carreteras secundarias, con un asfalto bastante roto la mayoría de tiempo y algún tramo de grava a la orilla del lago. Con un calor sofocante llego a las escalinatas que llevan a la Civita. El parking es de pago, incluidas las motos: 1€/hora o 3€ todo el día. Mi idea no es cruzar toda la escalinata que lleva a la Civita, con verla des del parking me doy por satisfecho. No recordaba lo “duro” que es hacer turismo en agosto disfrazado con la ropa de moto!

La siguiente parada es el Castello Odescalchi pero de camino paso por Viterbo para cruzar su centro amurallado con la moto. Es medio día y ya he cumplido con todo lo que tenía en la agenda. Bordeando el Lago di Bracciano, al salir de una curva, me topo con la tipica estampa que uno espera de un restaurante italiano en el campo: una casona antigua, con unas mesas bajo un toldo en la entrada. Suelo comer algo al paso para no comprometer la tarde en moto, pero visto que no habra mucho más que rodar por hoy tocará probar el primer plato de pasta en Italia.

El calor aprieta y las rodilleras me están haciendo roce detrás de la pierna. Claramente necesito comprar las medias para llevar debajo pero mientras, decido acabar el día sin rodilleras. Por carreteras secundarias entro en Roma directo a casa de mi sobrina; esta bien tener sobrin@s repartidos por el mundo y con habitaciones libres! Una ducha, un par de intentos fallidos de dejar a Paraguaçu en un parking y directo al Coliseo! Ya sólo quedan dos!

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