Como algunos sabréis, cuando me instalé en Lima me lleve la moto que recién me había comprado y que ocasionó la creación de este blog. Mi primera Triumph! Una Tiger Explorer XC verde militar preciosa. Sabía que una vez en Lima, al haberla entrado como turista, me tocaría salir del país cada tres meses, lo que significaba tener viajar a Bolivia, Chile o Ecuador con ella. Aixx, menudo sacrificio!
Mis primeros tres meses concedieron con Semana Santa y aunque el objetivo era Bolivia, los huaicos y carreteras cortadas por la temporada de lluvias me hicieron cambiar de opinión y dirigirme hacia Ecuador. Esto me permitió conocer la cordillera blanca peruana, con el túnel más alto del mundo: la punta olímpica. También cruce los espectaculares túneles del cañón del pato y fue después de estos, cuando iba rumbo a Cajamarca, que se acabó mi viaje. Una mala caída acabó con un moratón en mi brazo y con el depósito de la moto (entre otras cosas) destruído. Previsor, lo primero que hice al decidir enviar la moto a Lima fue presentarme en el concesionario Triumph de la ciudad (propiedad del grupo Socopur que también trae KTM a Perú) así que después de un periplo más o menos complicado conseguí dejar la moto en su taller a la espera de una evaluación de daños.
El presupuesto resulto mucho más alto de lo previsto y no valía la pena reparar, más aun habiendo contratado un seguro a todo riesgo con La Positiva que se tenía que hacer cargo de la pérdida total de la moto. Consciente de que me faltava un papel y animado por el corredor de seguros que me aseguro que no habría ningún problema, presente la reclamación por accidente junto con el presupuesto de la reparación hecho en Socopur. Aixxxx si lo hubiera sabido antes!! Con la fácil que hubiera sido conseguir una denuncia por robo y olvidarme del siniestro!! Después de casi ocho meses de idas y venidas, cuando la SUNAT ya no me quería ampliar el plazo de estancia de la moto y amenazaba con embargarmela, La Positiva se pronunció de la peor forma posible, rechazando el siniestro por la falta del papel que ya sabía. Sin tiempo para nada por el apremio de la SUNAT, hablé con Dani de Oriol Motos, le pasé el presupuesto de Socopur y gracias a ahorrarnos impuesto de importación y de reparar algunas cosas en lugar de cambiarlas, vimos que con un presupuesto muchísimo más razonable era posible repararla. Recogí la moto en Socopur, la metí en un avión y esperé noticias de Dani. La idea era gastar unos 3000€ y así poder recuperar parte de lo costó la moto.
Como no corría prisa no fue hasta unos cuantos meses después que nos pusimos con la reparación de la moto. Habían algunas cosas que había detectado al recoger la moto de Socopur: las ruedas no eran las que yo había entregado (las Metzeler Tourance de serie con apenas 3000Km) sino unas TKC80 totalmente desgastadas. Pensé que no me iba a pelear por ellas, me habían tenido la moto guardada ocho meses y mirado de cambiar algunas piezas con la Scrambler que entonces tenía en Lima sin coste, así que una cosa por la otra. Tampoco estaban los puños calefactables, que había pedido de montarlos en Scrambler y se habían quedado por ahí en algún rincón, pero estos si los reclamé y me los dieron en una bolsita. No vi nada más raro, parecía estar todo en orden, hasta que Dani le metió mano y empezaron las sorpresas!
Lo primero que vio es que no estaban los fusibles ni los relés. Ni uno! Lo achaqué a cuando desmontaron los puños y que en un descuido se habrían quedado por ahí. Total, esto no haría cambiar mucho el presupuesto. Comprados los fusibles y reles, zas! El ventilador del radiador. Ostras! Esto ya no tiene tanto “sentido”, esto ha sido quitado a propósito y no para revisar la magnitud del accidente o ponérselo a la Scrambler.
– ¿Cuanto es?
– Unos 300€
– Que cabrones estos peruanos! Anda, dale, no irá de ahí
Con el ventilador montado, los reles y los fusibles puestos debía estar todo lo necesario para arrancar la moto.
– Coño! No arranca!!
– Aquí no debería ir el relé de arranque?
– Espera, es normal que se vean esos piñones?
– Ostras! El alternador!!
– Pero para sacar eso hay que desmontar media moto!
– Como puede ser? Mejor no quiero saber. De cuanto estamos hablando?
– Unos 750€
– @#$%&!!!! Estos peruanos!! Compralo, que vamos a hacerle 😦
– Pero, si lo compramos y luego descubrimos algo más?
– Déjame llamar a Andrés Cabezas, el jefe de Socopur.
Uno minutos después
– Andrés?
– No, no está
– Ok. Mira te cuento lo que me está pasando!
– Que raro! Esas piezas no son de fácil acceso y no era necesario desmontarlas para evaluar el accidente.
– Eso es lo que he pensado yo.
– Déjame buscar por el taller a ver si están por ahí. Dime algo en dos días.
– Ok!
Dos semanas después (conociendo los tiempos peruanos)
– Andrés?
– Hola Xavi! Me comentaron tu problema. Que raro!
– Has podido mirar algo?
– Es muy raro lo que me dices. Me puedes pasar un correo con todas las piezas que dices que te faltan?
– Claro ahora mismo
– Te envio un mail con lo que averigue
– Ok
Otras dos semanas después obviamente sin el mail de respuesta.
– Andres?
– Justo he limpiado el lado de KTM y ahorita mismo me ponía con el lado de Triumph.
– Ah que bueno. Crees que habrá suerte?
– Hombre, si sacaron aquí han de estar. Ya sabes que esta moto no la comercializamos aquí, que sólo hay una más en todo Perú.
– Sí y justo estaba en el taller el día que yo lleve la mía teniendo que cambiar no se que piezas y que te bromeé en que se las quitaras a él para ponérmelas a mi.
– Ah? No recuerdo.
– Bueno, yo creo que será difícil que aparezcan las piezas que me faltan ya después de tanto tiempo, pero sabes si luego me voy a encontrar con alguna sorpresa más?
– Que insinuas? No penseras que eso ha sido aquí?
– Hombre, la moto fue de Chimbote a tu taller directa entre Cruz del Sur y la grua. De tu taller fue directa a embalarla y yo estuve delante en todo momento. Dani me envió fotos de cuando llegó a Barcelona y los precintos no se habían tocado. Así que los únicos sitios donde no ha estado bajo mi control han sido los 8 meses que la has tenido en tu taller creyendo que me iban a dar un siniestro por ella y los seis que ha estado en Oriol Motos, en el que conozco a Dani, el jefe de taller desde que tenía 8 años.
– No sé, esas piezas son de difícil acceso, no se que ha podido pasar. Déjame que investigue algo más a ver que averiguo y en dos días te escribo un mail sin falta.
– Pero crees que pueda faltar algo más?
– No debería.
– Ok, envíame un mail con lo que sea por favor.
De esta última conversación hace más de un mes y como podéis suponer no ha habido señales de vida de Andres ni de nadie del grupo Socopur. No es una práctica extraña en un taller que va apurado sacar piezas de un siniestro para usarlas en otra reparación. Supongo que ellos no contaban con que yo retiraría la moto para llevármela a Barcelona y repararla ahí y que cuando les avisé no les dio tiempo a montar las piezas sustituida de la otra, la única, moto igual que la mia en todo el Perú. De hecho, recuerdo la cara de sorpresa cuando le dije a Andres que la semana siguiente iba a retirar la moto. Pero claramente, cuando llegue a Lima que justamente me toca la segunda revisión, dudo que me acerque a Socopur a hacerla.
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