De vuelta a Perú

Origen: Coroico (10:00h)           
Destino: Yunguyo (19:00h) 
Km: 274.4         Tiempo: 7:26     Consumo: 5.1 l/100Km
Alojamiento: Las Palmeras 50 PEN

Y si me voy a Rurrenabaque? Tengo la sensación que me queda mucha Bolivia pendiente. Me voy con muchas ganas de haberme atrevido a hacer la 25 de Cochabamba a Coroico, con ganas de haberme adentrado en el Beni o de haber llegado al Amazonas boloviano por Trinidad. Pero no, hoy toca ir hacía Perú. Las mismas ganas de quedarme son las que tengo de volver a la zona de confort que es Lima y poderme lamer las heridas. El hombro y la pierna me duelen bastante a ratos y aunque en la moto se me olvida si estoy notando que después de la caída no fluye igual, vuelvo a fijarme demasiado en el destino en lugar de disfrutar del camino y así no quiero seguir.

Aunque estoy listo pronto, cometo el error de pararme a desayunar en un bar de la plaza. Espero sea algo rápido y aprovechar el wifi para ver hasta donde puedo llegar hoy. La idea es Puno. Pues se le ha acabado el saldo del wifi al bar y entre que lo contrata y me hace el desayuno se me ha ido una hora! En teoría es todo asfalto, aunque en La Cumbre hay una carretera (la 41) que me evitaría entrar en La Paz y que me lleva directo a El Alto. Este trozo es de ripio y no me aparece ni en el mapa ni en el GPS. Paro de nuevo en la gasolinera de ayer y me encuentro con un suizo que ha comprado una BMW 650 en Santiago y va también hacia el norte, hasta Cartagena donde espera poderla vender. El va hoy a La Paz y es que ha llegado a Coroico por la 25. Le ha costado cinco días desde Cochabamba, vadeando un río con casi un metro de profundidad y subiendo por carreteras como la de la muerte pero con sin el firme compacto. Claramente no habría podido hacerla yo! La niebla, aunque no tanto como ayer, es densa cuando te acercas a La Cumbre. Por ahí pregunto sobre la 41 y recibo información contradictoria para variar. Unos me dicen que está muy mal porque esta en obras, otros me dicen que se pasa sin problema y que hay que tomar un desvío a la izquierda. Voy a probar a ver que tal, si me evita entrar en La Paz vale la pena. Subo hasta los 4750msnm con buen ripio y cuando empieza la bajada la niebla vuelva a aparecer a la vez que la carretera se estrecha. De nuevo los miedos superados en el norte argentino aparecen. No voy a ganar tiempo yendo por aquí, más bien al contrario, así que mejor me doy la vuelta y voy por La Paz.

De nuevo la vía seleccionada por el GPS, la que me evita bajar al centro de La Paz y me permite bordearla a mitad del cerro está cortada por obras. Con algo más de práctica que ayer consigo una ruta alternativa que no me hace perder mucho tiempo para llegar a El Alto. El Alto es tan caótico o más que La Paz, plano sí, pero lleno de combis, taxis, mototaxis y camiones peleándose por un trozo de carril. De nuevo la vía que he de tomar esta cerrada por obras. Están construyendo una autopista hasta Copacabana, pero en lugar de hacerlo por carriles, aquí directamente no hay paso y lo peor de todo, no hay ninguna indicación de vía alternativa. Pruebo de entrar en la carretera a Copacabana (RN2) un poco más adelante, pero igual no hay paso. Voy a asegurar el tiro y dar un rodeo mayor. Pillo la 1 dirección Laja y un poco antes de llegar giro a la izquierda. Pregunto en la gasolinera y me confirma que es por ahí, pero eso es un descampado con algunas casas dispersas a los lados. Ni hay camino marcado ni se le espera! Aún así el hecho de ver camiones viniendo de frente me da esperanza que si sea el camino hasta la autopista a Copacabana. Con un poco de intuición y algo de suerte llego por fin a la autopista.

El paso “fácil” a Perú es por Desaguadero, bordeando el lago Titicaca, pero yo quiero entrar por Copacabana – Yunguyo y quiero entrar por ahí porque implica cruzar el lago por el estrecho de Tiquina. Para cruzar el lago hay unas barcazas con unos tableros a la altura de los ejes de un autobús. El problema es que hay huecos entre los tableros, nada significativos para un coche, pero algo más complicados para una moto ya que hay que vigilar que la rueda delantera o peor aun la pata de cabra no se meta en uno. Dejo la moto con la marcha puesta y la pata de cabra y me siento a disfrutar del viaje pero el primer vaivén me hace saltar a coger la moto! Como se balancea eso!! En el centro el oleaje es mayor y suerte que he pillado la moto porque no confío nada en que en un vaivén de estos se hubiera movido para el lado contrario a la pata de cabra y a ver luego como levantaba la moto! Han sido unos 10 minutos algo tensos, pero estoy al otro lado! Me ayudan a bajar marcha atrás y pago los 20 PEN que cuesta la moto. Hay que vigilar a la salida del embarcadero. Si sale hacía la derecha se pasa por una platica donde suele estar la policía en busca de su coima. Saliendo a la izquierda se llega igual a la carretera y te los puedes saltar.

Copacabana es un destino típico de mochilero. Es un buen lugar para hacer noche y cruzar a la Isla del Sol, pero yo ya lo conozco de cuando viaje por Perú, así que todo lo que le voy a invertir es media hora en ver si encuentro un adhesivo de la bandera de Bolivia para Paraguaçu. Recorro todas las tiendas de souvenirs sin suerte, así que ya lo compraré en Perú o lo mandaré hacer. Los trámites de la salida de Bolivia son bien rápidos: sellar el pasaporte y entregar el permiso de internación temporal de Paraguaçu. En Perú, en cambio, los trámites me llevan bastante más tiempo. El primer problema lo tengo con el pasaporte. En la embajada de Brasilia se equivocaron y pusieron mal mi apellido paterno. Hasta ahora lo he podido usar sin problemas, pero como he rellenado la tarjeta de migraciones con el apellido correcto el agente de migraciones se da cuenta y me dice que hay un error. Ademas, al haber sido residente en Perú el nuevo no les cuadra con los datos del sistema y no me puede sellar ese pasaporte. Por suerte llevo el viejo que no inutilicé al recibir el nuevo y con ese si puedo entrar. Yo que quería tener todos los sellos del viaje en el mismo pasaporte! El siguiente problema es en la aduana. Para entrar al país he de tener un seguro vigente que incluya expresamente Perú. A efectos prácticos esto es el SOAT peruano, que no hay forma de conseguir por internet y que mi idea era comprarlo ahí en la frontera o en su defecto al llegar a Puno. En la frontera no hay donde comprarlo, la opción es llegar a Yunguyo a 4km y hacerlo ahí. Les pido que me dejen pasar y que lo primero que voy a hacer es ir directo a Yunguyo y sacarlo ya que conozco a la policía peruana y se que me van a parar en cuanto vean la moto y si no lo tengo me va a costar una buena coima. No hay forma, sin seguro no hay permiso de internación para Paraguaçu, con lo que me toca pillar un mototaxi, ir hasta Yunguyo, sacar el SOAT (en la plaza principal hay un puesto donde los hacen) y volver en otro mototaxi a la frontera para hacer los papeles de Paraguaçu. En total me ha llevado casi dos horas entrar a Perú. Ya no hay forma de llegar a Puno con luz, así que mejor hago noche en Yunguyo.

La Paz

Origen: Villa Tumari (8:30h)           
Destino: La Paz (20:00h)
Km: 535.6         Tiempo: 10:20      Consumo: 4.6 l/100Km
Alojamiento: Alcalá Apart Hotel 80 USD

Un día que salgo pronto y es el primero que tengo problemas para llenar el depósito en Bolivia. Bolivia tiene la gasolina subvencionada para los locales y casi al triple para los extranjeros. Hasta ahora he cargado directamente al depósito sin problemas, pagando en la memoria de casos como local y en otros un precio intermedio. He tenido suerte ya que muchos cuentan que no les quieren servir ni pagando a precio de extranjero. Esto me ha pasado en Villa Tumari por primera vez, después de hacer toda la cola me han dicho que no me servían, ni siquiera en el bidón. Por suerte hay otra gasolinera en el pueblo y ahí si me han servido en el bidón a precio local, pero con la tontería he perdido una hora para llenar el depósito y salir.

Lo que anoche se intuía como la mejor parte de la jornada, hoy, con luz y la viveza que le da la lluvia de la noche se confirma. Selva alta, torrentes cargados que van a parar al Espíritu Santo. El asfalto en general es bueno, aunque hay algunos sustos y trozos adoquinados. Lo que complica la circulación es el alto tráfico de camiones que con las fuertes subidas no pasan de 10km/h y las coméis asesinas que adelantan en cualquier situación, tirándote al arcén en más de una ocasión. En un momento el paisaje cambia por completo, ha sido tomar esa curva y la selva alta da paso a un paisaje más de alta montaña; debemos estar ya a unos 3000msnm. Antes de iniciar la bajada a Cochabamba paro con unas tenderas que me venden unas fresas. No son nada del otro mundo, pero tenía antojo. Cochabamba parece bonito, pero lo paso lo más rápido posible, aunque no es tarea fácil, es domingo y la carretera esta llena de gente haciendo cola en las chicharronerias o comprando en los mercados ambulantes.

Pasado Cochabamba la carretera tiene bastantes tramos en obras. Están ensanchando la actual para poder hacer una autopista. Aun así, los tramos de obras son de buen ripio. Una vez más el mayor problema es el tráfico. Claramente se me va a hacer de noche en ruta, pero a partir del desvío a Oruro, donde se transforma en la RN1, es autopista relativamente nueva, con lo que no hay problema. El sol cae y el cielo se llena de tonos anaranjados, rojizos y violetas. Lástima que yo esté circulando hacia el norte y que esos colores los tenga a mi izquierda. Tampoco da para parar a tomar fotos, quiero llegar ya! Me vuelve a sorprender (y enfurecer) lo reacios que son los bolivianos a encender las luces del coche. Que es gratis!! Sí, aun se ve y no necesitas las luces para alumbrarte, pero las luces también cumplen la función de ser visto. Si no las enciendes, llevas un coche gris y oscuro y vienes comiéndome el culo, no me voy a apartar más que nada porque no te he visto!

Llego a El Alto que es totalmente de noche. No me gusta llegar a una ciudad desconocida de noche, no sabes por donde te estas metiendo y eso me pone nervioso e inseguro. La Paz no es precisamente una ciudad amigable que vaya a apaciguar este aspecto. El Alto tiene mala fama y la verdad que de noche no acompaña. Hay verbenas populares, supongo que en celebrando la Candelaria, y eso hace que haya aún más tráfico y caos. Gente que se va de la verbena, gente que llega, gente que no se mantiene en pie y va por medio la calzada intentando pillar un taxi esquivando con la agilidad de un yonki al resto de vehículos. El GPS me dice que gire por una calle muy oscura y a mi me entra el canguelo y sigo por la principal. Ahora me hace cruzar la vía del tren sin paso ni nada y con un badén importante. Finalmente parece que me lleva por la principal y eso implica empezar el descenso a La Paz. La vista es imponente toda iluminada y con los nevados intuyéndose al fondo, pero cuando giro para empezar la bajada todo eso se desvanece. Menuda pendiente!! A quien se le ocurrió crear una ciudad aquí? La bajada al hotel me hace sudar la gota gorda. Todas las calles son doble sentido, tienen pendientes mayores que el Anglilú y giros imposibles con la moto cargada. Vale la pena conocer esta ciudad.