Origen: Petrosani (10:12h) Destino: Majdanpek (18:24h) [-1] Km: 340.8 Tiempo: 6:46 Consumo: 4.8 l/100Km Alojamiento: Hotel Golden Inn 2665 RSD
Mirando el mapa, cerca de Petrosai está el parque nacional Domogled-Valea Cernei y cruzarlo parecía ser una mejor opción que no ir por Timisioara. A pesar de eso, no espero mucho del día de hoy, normalmente los últimos días de un viaje así suelen ser más etapas de enlace donde rara vez hay oportunidad de ver nada.
Con estas expectativas me pongo en marcha y despistado, pensando en mis cosas, me olvido de poner gasolina antes de salir. No aprendo! Y es que despues de Vulcan no hay más gasolineras en la DN66A hasta practicamente Orsova y eso es más de lo que me queda en el deposito con lo que, una vez más, me toca deshacer lo andado y añadir 80Km extras a la ruta. Suerte que es una carretera preciosa que serpentea por un cañón siguiendo el curso del rio. Bueno, así son los 45 primeros kilómetros desde Petrosanti, luego el asfalto desaparece por completo y empieza una pista incluída en la TET rumana. La pista no es muy complicada, excepto una bajada con mucha piedra suelta que pone a prueba la horquilla de Paraguaçu y mi equilibrio. Son unos 100km y los últimos hay un intento de asfaltar la pista que en realidad lo que hace es cambiar la estupenda grava compactada por un cemento rotisimo que provoca mucho más sufrimiento que el ripio anterior.
El día despejado se ha ido oscurenciendo y la carretera me ha llevado de pleno al corazón de una tormenta. Con el tiempo justo de ponerme el traje de agua empieza a descargar como si se fuera acabar el mundo pero por suerte a los 15 minutos para lo que me permite llegar casi seco de nuevo a Orsova.
Orsova, a la orilla del Danubio, era el destino de hoy, pero como es relativamente pronto prefiero dormir ya en Serbia y adelantar un poco. Me gasto los lei que me quedan en la gasolinera y cruzo el Danubio para remontarlo por la orilla serbia. He dejado de tener datos y aunque la idea es mantenerme cerca del Danubio al no tener moneda local me adentro en el país en búsqueda de un hotel donde pagar con tarjeta. Una carretera estrecha, bastante rota, sale perpendicular al Danubio para subir hasta las montañas y ofrecerme un hotel en el que, como no!, hay una boda.