Mi experiencia offroad se reduce a cuando me iba con la CRM 75 por el arenal o las pistas que hay alrededor de Puebla de Arenoso, y de eso hace más de 20 años! Con la Tiger volví a descubrir que lo divertido está más allá de lo negro, así que ante la perspectiva de un nuevo viaje y con la intención de hacer el máximo de kilómetros posibles fuera del asfalto, necesitaba pillar más soltura en este terreno. Por grupos de Facebook encontré un pata que ofrecía clases de enduro en San Bartolo, a una horita al sur de Lima. Por S./350 lo incluye todo: moto, equipo y profe. Son 4:30h de clase personalizadas según tu nivel.
Quedamos a las 9:00 am en San Bartolo y tras un desayuno rápido fuimos al parking de Scocpur a disfrazarme de endurista. Menuda tienen montado ahí! Un solar cerrado donde la gente puede dejar sus coches, recoger la moto, tirarse al monte y volver a con la tranquilidad de que todo estará en regla. Ya protegido y con la moto al lado, una Husqvarna 350, empezamos repasando algo de teoría sobre posición, reparto de pesos, geometrías, bla bla bla…. Al lío!!! Arranco la moto, brum brum! Pongo primera, brum brum! Suelto embrague, brum brum! Y se me cala! ¬¬
Finalmente consigo ponerme en marcha, unas subidas, unas bajadas, unos giros… y hacía los cerros!! Por cierto, que difícil es cambiar de marcha con esas botas!! Una vez en los cerros, disfruto como un enano subiendo y bajando pendientes por las que no me hubiese atrevido ni andando! Un descanso para hidratarnos un poco y descansar los músculos. La falta de costumbre de ir siempre de pie en la moto, junto con la tensión de la falta de práctica me tiene los cuadríceps molidos. Se me ocurre bajar de la moto para descansar y apenas soy capaz de mantenerme de pie. Y sólo llevamos 2 horas!! Claramente he de mejorar mi estado de forma.
Después de recuperar algo de fuerzas, nos metemos por una zona de arena. No llegan a ser dunas, pero para mi es como si estuviéramos en pleno desierto! Es una pasada notar como la arena va enterrando la rueda y la moto culea a la que abres gas! Eso si, mis piernas no aguantan más, no me puedo mantener de pie y apenas tengo fuerzas para mantener la moto en su lugar, no queda otra que retirarse antes de tiempo. En resumen, una mañana agotadora, pero altamente gratificante! Me voy a casa con una sonrisa de oreja a oreja y unas agujetas que me van a impedir subir escaleras durante toda la semana!