Udaipur

Después de actualizar el planning para los próximos días, la visita de Udaipur empieza, como no podia ser otra, por el Palacio de Udaipur, el segundo más grande de India. De camino nos encontramos con el templo Jagdish y ya que sale en las guías y tampoco hay mucho más que hacer entramos un rato y nos dejamos llevar por los cantos de un coro de mujeres. El templo es muy bonito, pero después del de ayer no creo que nos impresioné otro en mucho tiempo.

 

Ya en el palacio, pillamos un guía para hacer la visita; nos cuesta casi lo mismo que las dos audioguias. Si te quieres ahorrar las 300 rupias que vale la entrada; hazlo! La visita al museo es decepcionante y lo más bonito, que es el exterior, se puede ver con una entrada de pase, para cruzar el patio hasta el embarcadero, por sólo 30 rupias.

 

Visto el Palacio, seguimos con la turistada de pillar un bote por el lago, Hay «piratas» más baratos, pero sólo con el oficial puedes desembarcar en Jag Mandir, un palacio que ahora funciona como hotel y restaurante pero que nos parece mucho más atractivo que la visita al museo.

 

Acabamos el día en la otra orilla del lago Pichola, viendo como los últimos rayos de sol acarician la fachada del palacio. Udaipur, sin duda, es un buen luegar para descansar en tu viaje por India.

 

Ranakpur

Origen: Jodhpur (6:37h)           
Destino: Udaipur (17:39h) 
Km: 261.0         Tiempo: 6:40     
Alojamiento: Lake Face 1190 INR (2 noches)

El día pintaba duro. La intención era llegar a dormir a Udaipur, con suerte aún con tiempo de ver algo, pero la dificultad estaba en las paradas intermedias y una vez más el calor de las horas centrales del día. Cuando el GPS nos metió en la autopista lo vimos claro: era la mejor opción para llegar a Ranakpur; tirar rápido, aprovechando el fresquito y llegando a una hora decente al templo.

Ranakpur es un pequeño pueblo con un templo jaina majestuoso a las afueras. Llegamos pronto, a las 10h y hasta la 12h sólo esta abierto para feligreses, con lo que hacemos tiempo yendo a por un sandwich y un refresco en el restaurante de al lado. Mal! Se nos ha ido la pinza y no hemos verificado el cash que nos quedaba, con lo que ahora andamos con 280 míseras rúpias y la entrada son 200 por cabeza. Llevamos euros y tarjeta, igual tenemos suerte! No, apenas hay cobertura y el cambio que nos ofrecen es 50 INR por euro cuando el normal esta a casi 80. Maldiciendo habernos gastado el poco cash que teníamos sin verficar antes el precio de la entrada, a suerte se apiada de nosotros y una pareja de Castellon nos regala 120 rupias; tenemos para las entradas! Pero meter la cámara son 100 rupias más y los controles en la puerta son bastante exhaustivos y no hay forma de colarla. La opción de entrar sin la cámara da mucho palo, así que preguntamos a los extranjeros en las taquillas si alguno nos cambia 20€ a un cambio más razonable. Los primeros resultan ser españoles de nuevo y una vez más nos solucionan el día y nos dan esas 100 rupias que nos faltan para meter la camara.

El templo es espectacular, con un detalle en los grabados que te deja sin palabras; totalmente simétrico y sin una columna igual, vale la pena entretenerse en los detalles. Se nota que no es temporada, ya que tampoco esta muy concurrido. Eso y que ademas corre un airecito bien fresquito nos permite echar una siestecita reparadora que nos cargue pilas para lo que nos queda.

«Cerca» del templo está el fuerte de Kumbhalgarh. Sobre las fotos pinta muy bien, pero sin cash y con el riesgo de que se nos haga de noche decidimos prescindir de las otras paradas previstas y tirar directo a Udaipur. La carrtera atraviesa los montes Aravalli y es la primera carretera de montaña que hacemos: igual de estrecha que las otras locales, con el mismo mal asfalto pero con muchas curvas y una brisa mucho más agradable que el desierto del Thar de donde venimos.

Creo que no había visto amanecer tantos días seguidos desde que tenía veintitantos y empalmaba las fiestas de todos los pueblos del Alto Mijares. En Udaipur haremos dos noches, con lo que almenos mañana podremos recuperar algo de sueño atrasado.